En los últimos días se está hablando mucho del sistema de financiación autonómica y su posible reforma, debido a las tensiones que existen con Cataluña pero también con otras Comunidades debido a que los menores ingresos ponen en duda toda la estructura existente. Pero a veces hablamos sin saber cómo funciona exactamente.
Desde aquí vamos a explicar cómo funciona el sistema actual de financiación autonómica para poder entrar a debatir con fundamento si es un buen sistema o no y si hay que reformarlo en un sentido o en otro. Es un tema complejo así que esperamos que la explicación sea suficientemente clara. En esta explicación dejamos fuera el Concierto del País Vasco ya que sigue un modelo completamente distinto.
Ingresos
Las Comunidades Autónomas tienen tres fuentes de ingresos: impuestos compartidos, impuestos cedidos y fondos. Los impuestos compartidos son aquellos que en Estado recauda pero parte de lo recaudado va para las Comunidades Autónomas. Los cedidos son los que directamente son recaudados por las Comunidades Autónomas. Y los fondos sirven para compensar la diferencia entre lo que recauda una Comunidad y lo que en teoría debería gastar.
Los impuestos compartidos son tres: IRPF (comparten al 50%, exceptuando la subida de diciembre de 2011 que es únicamente para el Estado), IVA (comparten al 50%) y especiales (las Comunidades se quedan el 58% de lo recaudado). De hecho en la declaración de la renta podemos ver cómo todo lo recaudado se divide a partes iguales entre Estado y Comunidad Autónoma en la que vivimos.
El segundo pilar son los impuestos cedidos. Aquí nos encontramos con patrimonio, sucesiones, donaciones, Actos Jurídicos Documentados (AJD) e Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP). Esta partida me parece la más interesante, ya que al ser las Comunidades las que recaudan pueden controlar en todo momento cómo van sus ingresos, e incluso tienen cierta capacidad normativa sobre estos impuestos. Por ejemplo Madrid decidió eximir a sus ciudadanos de patrimonio y reduce sensiblemente sucesiones y donaciones para familiares directos.
Por último tenemos los fondos, que son tres. El fondo de garantía es el encargado de asegurar los mismos recursos por habitante ajustado (es decir, se tiene en cuenta la dispersión de la población, la dependencia o la insularidad). El fondo de suficiencia global financia las necesidades globales de las Comunidad Autónoma, una vez tenidos en cuenta el resto de ingresos.
Luego está el fondo de convergencia autonómica, que sirve para favorecer la convergencia entre las Comunidades Autónomas. Está compuesto de dos subfondos: el de Competitividad (intenta reducir la desigual financiación de cada Comunidad per cápita) y el de Cooperación (que favorece a las Comunidades con menor PIB per cápita, mayor dispersión de población y menor crecimiento de población).
Entregas a cuenta
Uno de los problemas del sistema de financiación autonómica es que en gran parte (impuestos compartidos y fondos) funciona en base a entregas a cuenta. Es decir, el Estado estima cuánto va a cada Comunidad Autónoma y les paga. Y luego, a los dos años (¡¡dos años!!) se determina lo que realmente deberían haber recibido y se hace una liquidación. Cuando las liquidaciones son positivas para las Comunidades no hay problema, pero cuando son negativas (como ahora), les descuadran completamente las cuentas.
Es por eso que uno de los temas a mejorar en un futuro sistema de financiación es el aspecto de las entregas a cuenta, ya que las diferencias creadas por este sistema ha contribuido a que el déficit de España sea más alto del que podríamos haber tenido.
Capacidad recaudadora
Contemplando el sistema vemos que tiene otro defecto: las Comunidades apenas tienen capacidad de aumentar su recaudación. Es decir, tienen los impuestos cedidos, sí, pero en la parte importante (compartidos y fondos) apenas pueden aumentar sus ingresos ante una necesidad.
Esto es un problema ya que las Comunidades pueden sentarse cómodamente a pedir más dinero sin hacer nada, en una queja infinita de la escasez de fondos. Al no haber corresponsabilidad fiscal les sale muy barato quejarse. Apenas tienen capacidad recaudatoria propia.
Es cierto que las Comunidades tienen capacidad para aumentar el IRPF. Es decir, si a una persona se le aplica el 24% de IRPF, el 12% irá para el Estado y el 12% para la Comunidad, pero la Comunidad puede decidir poner el 13%, por ejemplo. De hecho hay algunas Comunidades que han aumentado su 50% de IRPF para recaudar más, como Cataluña y Andalucía. Y es por eso que las rentas más altas pagan más impuestos en esas dos Comunidades que en el resto de España.
Conclusiones
El sistema de financiación autonómica es complejo por la existencia de los fondos y el cálculo de lo que deben aportar a cada Comunidad. Además, las Comunidades Autónomas tienen poca capacidad recaudatoria, ya que esto queda en manos del Estado, que liquida con dos años de retraso en base a unas entregas a cuenta que normalmente no encajan con la realidad. Tenemos un sistema complicado y poco trasparente y por eso se está debatiendo tanto su modificación.
En El Blog Salmón | Reforma de la financiación autonómica: ahora resulta que no toca, El principio de ordinalidad, una buena idea
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